El recinto brinda atención terapéutica a quienes presentan problemas de consumo de drogas y alcohol y aborda las consecuencias asociadas, tanto para ellos como para sus familias.

Uno de los grupos cuyas necesidades de tratamiento no se encuentra totalmente cubiertas por la oferta pública y privada existente lo constituyen los niños, niñas y adolescentes. Los lineamientos de SENDA buscan, no sólo la reducción de los niveles de uso de drogas ilícitas y del consumo de riesgo de alcohol, sino también de las consecuencias sociales y sanitarias asociadas a estos dos fenómenos. Conscientes de este tema, es que se decide poner en marcha el centro de tratamiento Rumalhue, el que cuenta con veinte cupos  para el tratamiento, rehabilitación y reinserción social de niños y jóvenes con consumo de sustancias.

La directora técnica del centro, Carolina Hidalgo, relata que tras un proceso de difusión del programa en diferentes puntos estratégicos de Coquimbo, comuna en la que se encuentra ubicado el centro,  se inicio un trabajo con las redes locales para efectuar la pesquisa de los potenciales usuarios, ya que se trata de un centro con modalidad ambulatoria intensiva y con enfoque comunitario, trabajando de manera conjunta con organismos y diversas agrupaciones presentes en los territorios.

“Hoy ya tenemos veinte jóvenes, los que se atienden por un equipo multidisciplinario muy comprometido con la rehabilitación de los muchachos, los que acompañan diariamente a los usuarios en su etapa de tratamiento”, agrega la profesional.

Rumalhue cuenta con financiamiento de SENDA  y es administrado por Fundación Casa de la Esperanza, entidad privada, sin fines de lucro, que tiene entre sus objetivos acoger, apoyar y prestar servicios de atención médica, psicológica, jurídica, social, educacional y, en general, cualquier tipo de atención biopsicosocial integral especializada a las personas dependientes de drogas, buscando lograr su rehabilitación integral y reinserción social.

 

 

 

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