El 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial sin Alcohol, una fecha que invita a reflexionar y difundir información basada en evidencia sobre el consumo de alcohol, sus riesgos y las formas de reducirlos. Los datos más recientes muestran una disminución sostenida en el consumo, pero también subrayan la importancia de reforzar estrategias de gestión de riesgo.
De acuerdo con la serie de Estudios de Población General, el consumo mensual de alcohol bajó de 59,6% en 2002 a 39,2% en 2022. Sin embargo, la embriaguez entre quienes consumen se mantiene elevada: en 2022, una de cada dos personas que bebió en el último mes declaró haberse embriagado en al menos una ocasión en los últimos 30 días.
En la población joven se observa una tendencia similar. Aunque el consumo mensual en el grupo de 19 a 24 años es menor (40,3%), entre quienes consumen persiste una alta frecuencia de episodios de embriaguez, alcanzando el 52,4%.
A partir de estas tendencias, se destacan tres prácticas que pueden incorporar las juventudes para reducir sus riesgos:
Iniciativas como El Otro Plan buscan reforzar precisamente estas prácticas, promoviendo decisiones más informadas, salidas más seguras y una cultura de cuidado entre pares.