Vocación, empeño y profesionalismo fueron algunos de los ingredientes gracias a los cuales niños con capacidades diferentes de la Región de Atacama pudieron disfrutar del programa Actitud, del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda).

El liderazgo en esta aventura corresponde a la docente Ingrid Evens Soto, de la escuela de educación diferencial María Luz Lanza Pizarro, quien desde 2007 guía diariamente en Copiapó a los niños de uno de los cursos denominados de Retos Múltiples.

“En mi grupo de trabajo, hay un niño con discapacidad visual. Para que él pudiera participar, era necesario una adecuación del material del programa Actitud. De esa manera, pudo usar el mismo libro que sus compañeros, evitando que se sintiera discriminado”, puntualiza.

La profesora detalla que se incluyeron objetos con relieve para que el alumno reconociera los textos y las imágenes, con lo cual fue avanzando en los contenidos tal como sus compañeros, fin que persigue el programa.

“Integrar es otorgar igualdad de oportunidades, por lo que me siento muy satisfecha”, agrega Evens, sentimiento que comparte la directora del establecimiento, María Ávalos Rojas.

«Innovar adaptando todos los programas que llegan a la escuela nos permite desarrollar mejor las habilidades sociales de estos niños y niñas con el fuerte de nuestro establecimiento, que es prepararlos para la vida. La idea ha sido muy significativa”, comenta.

Actitud tiene como norte promover el desarrollo de competencias y habilidades protectoras, y la generación de una cultura preventiva en las comunidades escolares. A su vez, incorpora un modelo de formación de competencias que busca e intenciona aprendizajes claros y evaluables.

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