Nancagua: finaliza primer ciclo de talleres socioafectivos de proyecto preventivo

Con una convivencia con las niñas y niños del Colegio Básico Consolidado el equipo psicosocial del proyecto “Educar una Sana Convivencia Escolar” de Nancagua realizó actividad en la cual se le colocó fin al primer ciclo de talleres socio-afectivos.

En la jornada, las profesionales evaluaron en conjunto con los alumnos el ciclo de talleres que inicio en febrero de este año, a través de la conversación con los niños quienes fueron los que evaluaron el trabajo del año realizado por el proyecto.

Estos talleres estaban orientados a fortalecer las habilidades sociales de los niños, niñas y jóvenes pertenecientes al Liceo Juan Pablo II y al Colegio Básico Consolidado, como parte de las acciones preventivas que realiza el proyecto “Educar Una Sana convivencia Escolar” ejecutado por la Municipalidad de Nancagua y financiado por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), en la comuna de Nancagua.

El equipo psicosocial de proyecto, compuesto por la asistente social, Loreto Pérez y la psicóloga Lilian Arenas, manifestaron estar agradecidas de los dos establecimientos educacionales, por abrir los espacios necesarios para ejecutar estas actividades, donde el objetivo es fortalecer e instaurar la participación como un valor en el proceso de desarrollo de sus estudiantes.

“El desarrollo de estos talleres ha sido una experiencia enriquecedora profesionalmente, pues nos ha permitido entregar a los niños y niñas herramientas que fortalecen sus habilidades sociales, reforzando en ellos el reconocimientos de sus capacidades y que desde pequeños puedan reconocer el proyecto de vida que quieren alcanzar», aseguró Loreto Pérez.

Para Lilian Arenas, «la finalización de estos talleres es la culminación de un ciclo matizado de una serie de experiencias, emociones y aprendizajes vividas con los niños y jóvenes que nos llenan de satisfacciones, al poder evaluar esos pequeños, pero significativos cambios que ellos van experimentando en torno a su autoestima, la importancia de ser escuchados, el respeto por el otro, el control de sus impulsos, la expresión afectiva y otros factores protectores que se han visto fortalecidos a través de este tiempo, y que esperamos sean de un gran aporte a la convivencia”.

“Junto con lo anterior, el taller les ha ayudado a cambiar la mirada que ellos tenían sobre los riesgos del consumo de alcohol y drogas, en desmedro de su salud, ya sea en términos físicos, psíquicos o sociales», añadió Arenas.

El segundo ciclo de estos talleres seguirá implementándose hasta mediados de agosto, cuando se dé por finalizado el proyecto “Educar una Sana Convivencia Escolar”.

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